lunes, 11 de julio de 2011

The Crimson Halberder. Cáp 1: Su nombre era...

Caminaba entre un tupido bosque cuando lo vi por vez primera. Andaba pausadamente entre el mustio follaje otoñal, bajo una sombría capa que le cubría cuerpo y rostro. Un alargado bulto colgaba de su espalda, enrollado en una sucia lona y atado con cuerdas para mantenerlo cubierto. El viento levantaba amarillentas hojas que chocaban contra su firme figura. Su calzado estaba desgastado. Vestía dos viejas sandalias que parecían estar a punto de caerse a pedazos a cada paso que daba. Una ráfaga de viento levantó la capucha, mostrando su accidentada faz. Me moví, provocando un ligero ruído que no pasó desapercibido a su agudo oído. Dirigió sus ojos a donde yo me hallaba. Me quedé helado. Nunca olvidaré esos ojos. Un rojo carmesí rodeaba sus pupilas. Era una mirada directa y penetrante como una estocada. No se alarmó ni un ápice por mi presencia, oculto como estaba bajo la sombra de un alto roble. No malgastó en mí más que una rápida ojeada, cubrió de nuevo su cara, y siguió su camino.
Su nombre era Marco "Crimson". Esta es su historia...

No hace muchos años, entre las Colinas Radiantes, se hallaba el humilde pueblo de Mail. Mail era conocido por el trabajo de sus herreros artesanos, profesionales en la creación de mortíferas armas que enarbolaban nobles y reyes. De todas partes venían heraldos con encargos de armas para sus señores, lo cual mantenía a flote la economía del lugar.
Eran pocos los habitantes de Mail. Seis familias de herreros mantenían viva la tradición y competían constantemente por dominar cada vez más el secreto del acero de sus hojas y armaduras. Cada familia se especializaba en un ámbito de la herrería. Los Eccles forjaban escudos ligeros y resistentes. Los Folgore creaban las más relucientes e impenetrables armaduras. Los Ewan obtenían de su acero las más certeras espadas. Los Yuki dominaban la forja de la katana japonesa. Mas existía competencia entre las dos últimas familias. Eran los Rori y los Fürnir quienes luchaban por la supremacía en la elaboración de las lanzas. Su conflicto se remontaba a décadas atrás, cuando el maestro de Gill Rori y de Eustace Fürnir falleció, dejando a sus dos discípulos como los únicos conocedores de los secretos de la forja de la lanza. Las disputas de Eustace y Gill les llevaron por caminos separados. Gill optó por centrarse en la manejabilidad y resistencia de la lanza, mientras que Eustace se empeñó en obtener mortíferas y certeras hojas. De esta forma se consolidaron los estilos Rori y Fürnir para la elaboración de su arma, igualmente reconocidos y solicitados. Sería en el seno de la familia Rori, donde una fría noche invernal nacería el primogénito de Kain y Martha Rori. Sus padres llamaron al tataranieto del fundador Gill, Marco Rori.


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