miércoles, 28 de julio de 2010

Rage

Mi alma resuena al oír tu nombre.

Reverbera en las cuatro paredes de esta solitaria habitación para volver a mí 10 veces mas fuerte
Es insoportable.
No hay cosa que más desee en esos momentos que tumbar esos muros a patadas. Pero eso no te traerá junto a mi.
Si sólo pudiera volar.
Si sólo pudiera correr por encima del agua.
Si sólo pudiera hacer que el tiempo pasara.
Duermo cuando tengo ocasión. Es mi forma cutre de viajar en el tiempo. No es un Delorian. No es ninguna sofisticada máquina. Solo es una patética forma de abstraerme.
Miro fijamente al sol, intentando que vaya mas rápido. No me da mucho resultado.
Todas las mañanas veo mi inútil reflejo en el espejo. Ese idiota tiene unas pintas horribles. Su mirada esta vacía. Y pese a todo eso me sonríe e incluso me saca esa lengua kilométrica que tiene. Pobre gilipollas. No me da ninguna pena.
Las encías me duelen. Tal vez sea por que no espero a que la comida enfríe. Tal vez sea por la fuerza con la que junto una mandíbula contra la otra. Estoy cabreado a ratos. Pero que muy cabreado. Por qué? Qué te importa?!
La gente de por aquí dice que hace frió. Es que están locos? Un calor febril me recorre constantemente desde el momento en el que pongo un pie fuera de la cama. Tengo la sangre hirviendo y no sé por qué.
Quiero gritar sin ser oído.
Quiero destrozar lo que sea.
Quiero explotar.
Así al menos alguno de los pedazos de mí llegará a tu lado.

viernes, 23 de julio de 2010

Para mi podófoba amante de las orejas

Estaba preciosa, hasta el límite mismo de la irrealidad. Su belleza era superior a cuanto me había sido dado a contemplar anteriormente ni había alcanzado jamás a imaginar. Era tan expansiva como la energía misma del cosmos, pero al mismo tiempo estaba tan contraída como si habitara en un glaciar. Resultaba excesiva, hasta rozar el umbral del orgullo, aunque al mismo tiempo sus proporciones eran armoniosas. Desbordaba, en fin, cuanto mi mente me ofreciera como concebible. Ella y sus orejas eran un todo, eran como un inefable rayo de luz que se deslizara cadencioso por la pendiente del tiempo.

Varios de los clientes del restaurante se volvieron hacia nosotros, y fijaron sus ojos en ella, sin ningún recato. Un camarero, que había acudido para servir mas café, no acertaba a verterlo en las tazas. Todo el mundo se quedo con la boca abierta. Únicamente los carretes del magnetófono seguían girando sin prisas desde la consola del equipo estereofónico.



Haruki Murakami


La caza del carnero salvaje

miércoles, 21 de julio de 2010

WTF?

Una noche sin estrellas.

Un cielo sin nubes.

Un cielo sin sol.

Una noche sin luna.

Me encuentro en un estado curioso. Estoy feliz. O eso creo. Leo página tras página de mis libros. Duermo plácidamente bajo el sonido de la lluvia. Escucho tranquilamente la música de las películas de Miyazaki. Y aun con todo, no soi capaz de librarme del peso que ha adquirido mi pecho. No sé lo que es. No quiero saberlo. Tal vez no se trate de un peso. Sino de un vacío. Qué es lo que causa ese vacío? Qué es lo que perdí? Quien sabe. Deambulo por parajes que desconozco movido sin sentimiento alguno. Qué busco? Qué dejo atrás? Cómo he llegado al aquí y al ahora? Sabe dios. Sonrío sin razón. Sonrío con fuerza mostrando en profundidad toda mi superficie dental. Levanto mi cabeza para mirar el cielo. No es de noche. No es de día. De alguna forma el cielo, educadamente, me devuelve la sonrisa. Vislumbro agua a lo lejos. Un km. Dos. Ya da igual. Me dirijo hacia lo que parece un lago. No hay prisa. No hay razón para tenerla. Mi pelo se revuelve al son de un viento inexistente. No me molesta, pues ya no hay nada que ver. Solo importa llegar al lago. Es esto un objetivo? La humanidad los necesita para seguir avanzando. Supongo que esto lo es. No hay nada en lo que pensar. Tarareo una canción ya olvidada. Una canción vacía de sentido. No provoca en mi evocacion alguna. No queda nada ligado a esa melodía. Igual que ya nada me ata a la realidad. Al terminar la música, ya he llegado al lago. Agua limpia y cristalina. Tan limpia y cristalina como puede llegar a ser el opaco negro que le da color. Mi estúpida sonrisa sigue ahí, invariable, congelada en mi cara. Miro el efecto que causa en mi apariencia en el espejo natural que forma el agua. No esta mal. Estoy llorando? Parezco idiota llorando y sonriendo a la vez. Not bad at all. Ya he llegado a donde quería. Fin del trayecto. Mi meta ha sido alcanzada. Y ahora, qué? Fragmentos de una existencia anterior cruzan mis ojos. Imagenes. Sonidos. Aromas. Una cara. Unos ojos. Una sonrisa. Ella. Quizá quede algo por lo que no seguir aquí. Sigo teniendo objetivo. Y pienso aferrarme a el.



Me despierto y estoy con los pies en la almohada y la cabeza colgando.

Tengo que dejar el té por las noches.

domingo, 18 de julio de 2010

Accidentally in Love

Ni de puta coña.

Esas eran las palabras que cruzaban mi cabeza cada vez que pensaba en algo con ella. Solían ir acompañadas de una sonrisa y una auto-colleja al estilo "venga ya inútil, atiende a lo tuyo". La monotonía de esas reacciones se mantuvo así durante mucho tiempo, al igual que las ideas que las provocaban. Eran tonterías que surgían sobre todo cuando no tenia más que hacer. En la ducha. Intentando dormir. Esperando al bus. Remando. Demasiadas situaciones y demasiadas auto-collejas, que amenazaban con acabar con mis neuronas. A raíz de esas ideas comencé a verla diferente, de forma tan sutil que ni yo mismo llegue a notar el cambio. Era una chica genial que conseguía despertar una sonrisa en mi, y a la vez conseguía despertar interés. Tengo un nivel reducido de sociabilidad debido a mis numerosos complejos, por lo que otro hecho a reconocer es que me sentía cómodo con ella. Y lo que es más, me gustaba estar con ella. Este estado, lejos de incomodarme debido a la situación en la que nos encontrábamos en un principio, llegó a parecerme del todo normal y rutinario. Llegué incluso a tratarla mejor de lo que alguien en mi situación debería, como aquella vez en la que felizmente me desprendí de mi ardilla. Jugábamos con que compartiamos la misma personalidad, que eramos la misma persona; juego al que se sumaría la ardilla mas tarde. Todo fue genial hasta que ellos se separaron. Me sentí traicionado. Y muy sucio. Todo aquello que había llegado a pensar se fundió en una sola idea de odio, con la que fui hecho una furia hasta su casa. Frente a ella lo solté todo. Puede que incluso mi propio dolor fuera fusionado en el speech que solté. No sirve de una mierda decir que me arrepiento pues el daño ya esta hecho, y parece que todo cuanto eché en cara aquella tarde fue un error que nos jodió a todos. Lo único que quedó encendido desde aquel día fue un odio que no se apagó hasta que el asunto fue aclarado. Poco a poco volví a hablar con ella. Estaba castigada. No podía salir. Una noche pedaleé hasta su casa a petición de ella. Eran las 11 de la noche. Hablamos. Volví a casa. Por qué lo hice?

No nos vimos otra vez hasta San Juan.

Pero lo que allí ocurrió, ya es otra historia.

lunes, 12 de julio de 2010

De aquí al mañana

Mi noche oscura se remonta a antes del 94. Una gran noche sin comienzo. Una gran noche sin fin. Un nueve de agosto pude vislumbrar un cálido sol que me mostró el mundo en el que habría de existir. No está mal, pese a estar dominado por la especie más sucia e irresponsable del planeta. Aprovecha sus conocimientos en joder su propio planeta, pese a ser la única especie racional de por aquí. Un mundo curioso, la verdad. No pasó mucho más de interés entre mi amanecer y mi ahora. He tenido mis nubarrones y algún buen día, pero he ido saliendo al paso. He conseguido algún puñado de amigos y también me he ido distanciando de otros muchos. Tuve algunos roces con el sexo opuesto, pero nada que acabara saliendo muy allá. No digo que haya tenido un gran pasado. Pero tampoco me quejo. El pasotismo es algo que a la larga crea una anestesia natural que te obliga a ver únicamente lo bueno de la vida. La mierda que puede deprimirte no merece ser aceptada por mi cabeza. Si algo puede hacerte daño, por qué hacerle caso. ¿Duele? Sólo duele porque crees que es así.

"Bah". Una gran palabra que desprecia todo aquello que no merece tu atención. ¿Que qué merece mi atención? Puedo asegurar que yo no estoy en mi lista. Me considero una de las últimas personas que debo valorar a la hora de considerar cualquier hecho de importancia. Si me rompo algo es mi problema, y no merezco más atención, ni siquiera la mía propia. Si sana no hay de qué preocuparse. Y si no, ¿para qué marear la cabeza? Entonces, ¿por quién he de preocuparme? Mi lista comprende a todo aquel que considero mi amigo, a todo aquel que me importa. Toda la preocupación de la que me privo la enfoco en todo problema que pueda tener un amigo mío. ¿De qué me sirve estar como una rosa, si no tengo nada que proteger? Una existencia en este mundo de mierda no tiene sentido sin el sentimiento de protección. Es todo lo que me motiva a seguir adelante. Me dan igual las causas y movidas que lo originan. Una vez que ha dañado a alguien importante para mí,se vuelve mi problema. Un hombre no es hombre si no tiene nada que proteger. No soportaría una existencia valdía. Todo cuanto logres para ti no significará más que una ligera autosatisfacción, que no sobrevivirá a tu muerte. Todo cuanto logres para los demás seguirá vivo en ellos, como una parte de ti.


Si logras pertenecer al mundo no existe un anochecer para tus días.

Sólo queda el mañana