jueves, 19 de enero de 2012

¡Bang! Headshot

Caída libre. Excitación exponencial.

Atravieso el espacio que me separa con el suelo a una velocidad preocupantemente absurda. No se donde caigo ni contra qué me estrellaré, pero es lo de menos. Vuelo sin alas en dirección perpendicular a la realidad. La gravedad tira de mí con más afecto del que haya podido sentir nunca. Busca que abrace el centro de su fuerza sin tener en cuenta que no habrá más "yo" cuando impacte contra el suelo. Esta idea se haría graciosa en la mente de alguien que no estuviera protagonizando la misma. Actualmente, mi desmembramiento total se vuelve algo curiosamente preocupante. Curioso, porque haga lo que haga, es un inevitable destino. Desde esta altura podría atravesar medio mundo para hallar un hermoso lugar en el que fallecer. Podría pasar por encima de mi casa y saludar a mis vecinos mientras el viento vuelve mi rostro una masa sanguinolenta. Podría atravesar el espacio aéreo de un Jet privado y darle una hermosa vista con la que recrearse a cualquier ricachón en viaje de negocios. Podría atravesar capitales del mundo sólo para oír "¿Es un pájaro?", "Es un avión"... Hay tantas posibilidades ahora que mi vida se halla en el umbral de la muerte... Sufró un alocado "Brainstorm" en mi cabeza, fruto seguramente del exceso de sangre que se aglutina en mi cerebro. Saludo a un par de patos que viajan dirección Este y que, ofensivamente, no me devuelven el saludo. Eso es mala señal. El tiempo se me acaba y no lo puedo detener ( Hey brother, Welcome to Hell ). La espera puede conmigo. Parece que no seré capaz de ser puntual ni para terminar con mi vida...

(BANG!)

Se acabó. Final. Game Over. No pienso ser una marioneta de los hados. No pienso dejar que el destino dirija mis pisadas. Esto acaba como yo decido que acaba. A punta de pistola. A 300 m sobre el suelo. Y pienso continuar abajo y abajo. Hasta las entrañas del infierno. Una para mi y otra para ti. Al menos he aprendido a compartir en esta vida. I'll be looking forward to hearing from you . No pienses que la muerte te dará reposo. Todo puede volver a acabar con un "¡BANG! Headshot". No anheles la muerte ni por una fracción de segundo. Vive con miedo. Disfruta la incertidumbre. La espera. Esa caída libre. Porque al final no hallarás el duro suelo, no.

No esperes lo desconocido.
Pues es lo desconocido quien te estará esperando.

miércoles, 18 de enero de 2012

Taiyo

Abraza el calor de la furia y escupe contra ese desdeñoso cielo que devuelve vez tras vez tus muestras de desprecio.

(...)

Persigo el rayo que enciende la llama del horizonte. Corro entre las nubes maldiciendo el cosmos. Huyo de la luz en busca del resplandor de un fulgor inalcanzable. Frío en las alturas que hace arder mi irreal cuerpo. Dolor lacerante en mi real espíritu.

(...)

Vuela, hermesoide surrealista. Vuela hasta alcanzar tu sueño carmesí. Alcanza esa llama atemporal. Esa llama que está en cualquier lugar y en ninguno. Ese sol de fantasía que se manifiesta cada vez que los dioses cubren el cielo con su manto estrellado. Fúndete en la llama y sé el lucero que guía las esperanzas de aquellos que miran expectantes hacia el mañana.

(...)

Un día el sol se apagará.
Pero tú... Tú serás la luz que eclipse su recuerdo.
GRITA.
Que tu grito sea la llama que ilumine el cosmos.
Que tus ojos siempre estén presentes, para devolverle la mirada al soñador que se pierda en la inmensidad del glorioso firmamento.

Burn, my Soul

Cuentan de un alma que quiso arder salvaje.

Cansada de vivir estática en la nada, el alma se decidió por intentar destruír esta monotonía. Golpeó todo cuanto la rodeaba. Sin éxito, padeció en silencio su fracaso. Gritó contra aquello que la retenía para recibir únicamente el eco de su voz. Calló durante años. Explotó de rabia. Sus fragmentos retornaron a su sitio con el paso del tiempo. Lloró libertad. Rieron su llanto. El alma ensombreció inmóvil. Telarañas de amargura tejieron su pena. Lanzó una mirada. Sólo encontró vacío. Escupió contra los muros de su prisión. Ahogó sus aullidos de miseria.

Pero el alma no paró. Prendió su corazón. Calcinó sus carnes sonriendo. Abrasó los muros. Miró las estrellas. Y sus cenizas, libres, volaron con el viento.