miércoles, 18 de enero de 2012

Taiyo

Abraza el calor de la furia y escupe contra ese desdeñoso cielo que devuelve vez tras vez tus muestras de desprecio.

(...)

Persigo el rayo que enciende la llama del horizonte. Corro entre las nubes maldiciendo el cosmos. Huyo de la luz en busca del resplandor de un fulgor inalcanzable. Frío en las alturas que hace arder mi irreal cuerpo. Dolor lacerante en mi real espíritu.

(...)

Vuela, hermesoide surrealista. Vuela hasta alcanzar tu sueño carmesí. Alcanza esa llama atemporal. Esa llama que está en cualquier lugar y en ninguno. Ese sol de fantasía que se manifiesta cada vez que los dioses cubren el cielo con su manto estrellado. Fúndete en la llama y sé el lucero que guía las esperanzas de aquellos que miran expectantes hacia el mañana.

(...)

Un día el sol se apagará.
Pero tú... Tú serás la luz que eclipse su recuerdo.
GRITA.
Que tu grito sea la llama que ilumine el cosmos.
Que tus ojos siempre estén presentes, para devolverle la mirada al soñador que se pierda en la inmensidad del glorioso firmamento.

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