miércoles, 18 de enero de 2012

Burn, my Soul

Cuentan de un alma que quiso arder salvaje.

Cansada de vivir estática en la nada, el alma se decidió por intentar destruír esta monotonía. Golpeó todo cuanto la rodeaba. Sin éxito, padeció en silencio su fracaso. Gritó contra aquello que la retenía para recibir únicamente el eco de su voz. Calló durante años. Explotó de rabia. Sus fragmentos retornaron a su sitio con el paso del tiempo. Lloró libertad. Rieron su llanto. El alma ensombreció inmóvil. Telarañas de amargura tejieron su pena. Lanzó una mirada. Sólo encontró vacío. Escupió contra los muros de su prisión. Ahogó sus aullidos de miseria.

Pero el alma no paró. Prendió su corazón. Calcinó sus carnes sonriendo. Abrasó los muros. Miró las estrellas. Y sus cenizas, libres, volaron con el viento.

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