martes, 11 de mayo de 2010

Peculiar

En su día, no me etiquetaron de raro. Me etiquetaron de "peculiar". No me ofendió en su momento. No me ofende hoy en día. Incluso prefiero que me consideren raro. Lo soy. Me gusta serlo. No es una cuestión de originalidad, personalidad o las más de mil mierdas que la gente puede decir en busca de ser especial. No soy especial ni único. Soy una más de las microscópicas cagadas de polvo estelar que salió de ese supuesto "Big Bang".
Pienso que si soy raro es porque busco hacer lo que quiero. No una búsqueda por la propia satisfacción. Simplemente sentirme libre de prejuicios a la hora de traer un sillín de bicicleta a clase. ¿Que por qué? Hay un vocablo de nuestra jerga que lo define muy adecuadamente. "Venada". Un mero impulso irracional que, de seguirlo ciegamente, provoca que acabes bañado en la playa de madrugada sin necesidad de alcohol.
Los prejuicios no los inventa la RAE ni "El Johny". Los prejuicios los monta la propia sociedad en su conjunto, una acción masoquista que sólo daña a sus miembros. ¿Que por qué los genera? Por un infantil miedo a los prejuicios de los demás, que puede que ni siquiera existan, pero que se forman a raíz de la creencia de que están ahí, pese a ser meros fantasmas.
La libertad es fácilmente hallada en la soledad. Este es el camino fácil para obtenerla. Pero pienso que aquellos capaces de disfrutarla deben dar ejemplo por promover una libertad individual disfrutable en colectivo. No una libertad anárquica y egoísta sino una libertad de carácter anti-opresora. Poder expresarnos sin un constante "quedirán". Si te gusta vestir de negro, viste de negro. Si no te sientes cómodo con él, pásate al rosa. O al azul. O al verde. O simplemente no vistas. Sé. Siente. Exprésate. Y sobre todo siente tu libertad pues nada te la privará mientras sea tuya.
Gustarás a unos. Desagradarás a otros. No tiene remedio. Pero habrá una persona que siempre te querrá y apoyará. Tú. Y ese energúmeno te acompañará durante toda la vida dándote las mayores alegrías que puedas contar y los golpes más duros que puedas soportar. Te sostendrá en tus bajadas y te sonreirá simétricamente cuando seas feliz. Porque eres todo lo que tiene. Y él también lo es para ti.
¿Y si no le gusto a nadie? Puedo asegurarte que hallarás antes a Boris Izaguirre en una convención de republicanos ultraconservadores que una persona que no guste a nadie. Por mi parte seguiré llendo al instituto en bici, jugaré a Pokemon cuando me aburra, me disfrazaré en carnavales de algo que yo y cinco personas más puedan comprender, vestiré guantes en la playa, compraré katanas en mis viajes de fin de curso, comeré, comeré, COMERÉ, dormiré lo que quiera y, sobre todo, seguiré escribiendo estas mierdas a las que les he ido cogiendo el gusto.







Agradezco al buen lector por haber aguantado toda mi paranoia sin haberme tachado de zumbado y haber cortado toda relación conmigo (de tenerla). Gracias.

3 comentarios:

  1. Creo sinceramente que no existe mejor descripciÓn de ti mismO ^^ aquí dejo el primer y merecidO comentariO en uno de los que será sin duda alguna de los mejores posts de este blog =)
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  2. Manhu, me encanta.

    La originalidad como búsqueda de diferenciación social o como búsqueda de uno mismo no son más que poses, escudos tras los que aquellos que no son diferentes pero quieren aparentarlo se esconden constantemente.
    Aquellos que tienen miedo a seguir a la sociedad, y por ello se ponen totalmente en contra.

    La originalidad, la rareza, la peculiaridad de una persona, no es más que otra cualidad que nos diferencia y que se da en todos.
    Sin excepción.
    Porque no hay uno igual a otro, por mucho que vistamos igual o tengamos un comportamiento gregario estereotipado.

    Yo no soy tú, aunque me vista como tú, ni aunque lleve un sillín a clase y juegue pokemon en las horas libres.

    Yo tengo cosas que me hacen especial a los ojos de algunos y desagradable a los ojos de muchos otros.
    Tengo cosas que, en definitiva, me diferencian de todo ser humano.

    Y como yo, el resto.

    La originalidad es, en definitiva, prácticamente inexistente, mirado desde este punto de vista.
    Pero, sinembargo, la originalidad es a su vez el "valor" de amar tu libertad.

    Aquellos que van como borregos tras una moda y otra, solo tienen miedo a ser juzgados.
    Solo tienen miedo a ser libres e ir donde el viento los lleve.

    Podemos definir, pues, la originalidad como, simplemente, el amor por tu libertad.

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  3. Peculiar
    Cuantos años hace ya de eso? Seis? Siete quizás?
    Y sigues siendo exactamente igual. Igual de peculiar. Y lo sé cada vez que te veo entrar en clase, sillñin en mano, y lo primero que pienso es "Manuel, we are late". No te imaginas cuanto te admiro.
    Siempre serás nuestro chico peculiar

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