Llantos perdidos en la memoria de una palabra. ¿Por qué vives engañado, corazón carmesí? Buscas nobleza y hallas escoria por doquier. El dolor ajeno te desgarra por dentro, pero no puedes llorar. No puedes rendirte a la desolación. Una armadura de sentimientos que te sostenga en pie es todo lo que necesitas. Una sonrisa a modo de estandarte. Y empuñar mentiras a modo de arma. Caballero sin lugar al que pertenecer. Fruto de la flor del miedo. Espíritu desfasado. Tumor de esta generación. Tu alma degenera junto al mundo. Pero debes mantenerte fuerte por aquellos que te importan. Y también por aquellos que no deberían importarte. ¿Puede el héroe elegir a quién proteger? Formas un muro con el que pretendes aislar de lo nocivo a quien buscas mantener puro. ¿Vale la pena intentarlo? Eres un ser del montón. Nada que resaltar. ¿Fuerza de voluntad?¿Lo crees suficiente para ser un escudo?
Caballero Carmesí de corazón sangrante. ¿Qué te queda por salvar?¿Qué quieres salvar realmente? No encajas aquí. Nunca encajaste ni encajarás.
¿Qúe hacer, pues?
¿Debo enterrarte, Caballero Carmesí?
¿He de emanciparte de mi vida?
(...)
¿...otra vez?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Caballero Carmesí de corazón sangrante al que tanto he admirado, ¿qué nubla tu vista?¿Son acaso las rejas de tu yelmo lo que te impide ver con claridad?
ResponderEliminarDespeja tu mente, y alza tu estandarte hacia la luna
Claridad es luz. Luz es amor.
ResponderEliminarUna sonrisa nunca alcanzará los astros.