lunes, 6 de septiembre de 2010

Wearing Shadows

Sombras aletargadas se ciñen con fuerza a mi cuerpo.

Realmente no me incomodan. La oscuridad te hace sentir fuerte. Soy una masa de sentimientos negativos. Un cúmulo de pesadillas y miedos. Soy la sonrisa que puebla tus sueños justo antes de despertarte. Soy la maldad encarnada. La siniestra pasión del ser humano. La ausencia de luz. El villano invisible. Intangible.
Una maligna felicidad se apodera de mí. Uno se siente completo en simbiosis con un sombra. No con una sombra que actúa como reflejo entre tú y el sol. Con una sombra de las que persiguen al ser humano. De las que lo martirizan hasta el día de su muerte. ¿Qué provoca, pues, mi felicidad? Puede que el ser consciente de que al estar a mi lado, ninguna puede ya perseguirme. La cobardía me urge a abrazar y sujetar con fuerza esta oscuridad. Puede que las sombras no se ciñan a mi cuerpo. Puede que sea yo el que se ciña a ellas.

Negras mis ropas.
Negra mi alma ausente.
Negro mi corazón.
¿Por qué tanta ausencia de color?
¿Por qué negar los sentimientos?
¿Por qué no soltar de una vez un manto que no logra abrigarme?

(...)

Atisbo una dulce esperanza.
De un dulce color Verde.

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