domingo, 12 de septiembre de 2010

Rare Evolution

Una vez me dijiste que con sólo un día ya me estabas echando de menos. Te quejaste de que te estaba cambiando demasiado. Yo no puedo decir que con sólo un día ya te esté echando de menos. Llevo haciéndolo desde un 24 de Junio. Mi problema es que no llego a las 24 horas para echarte en falta. No tengo la virtud de la paciencia. Al minuto ya no estoy cómodo. A los 5 ya suspiro como un loco. A la media hora la gente se preocupa por mí. Tú crees que te he cambiado. Tu me has roto los esquemas. Me has dejado realmente tocado. Y no me hundo porque estás conmigo. Has sido mi gran milagro. Tengo novia. Y mi novia juega a las Yugi. Puedo pasar el resto de mi vida buscando y buscando y tengo por seguro que no encontraré una chica tan perfecta como tú. Eres el reflejo de mi extraña alma. Somos tú, yo y una ardilla. Estamos es una simbiosis repugnante de la que no me quiero deshacer. Si ahora nos separáramos quedaríamos sin cachos nuestros y llenos de partes del otro pegadas. Hackeamos nuestras cabezas y hablamos a la vez. Sacas lo que pienso con sólo leer un par de líneas. Dices que soy complicado, pero me haces ser la cosa más simple de este mundo frente a ti.

¿Tenemos culpa de habernos cambiado? Probablemente sí.
Ahora... ¿debo quejarme del cambio?

No hay comentarios:

Publicar un comentario